ANTES Y DESPUES
Tras unas semanas de descanso este domingo por fín hemos vuelto a las andadas para ir a visitar la cueva de Cala Falcó y la Cova dels Coloms a la cual se accede por mar. Una vez llegados a Cala Varques enfilamos el sendero que va hacia la izquierda bordeando los acantilados. Para llegar a Cala Falcó hay que pasar una pequeña cala con unas enormes cuevas donde practican escalada, y que dos extremos de la misma los unen una cinta colocada para hacer equilibrio sobre el mar.
Llegados a Cala Falcó debatimos si visitar primero la cueva que se encuentra en la misma playa o la que esta en el mar, decidiéndonos por la primera, la cual tiene un acceso muy fácil, prueba de ello es la cantidad de basura que encontramos.
Antes esta cala era una playa de arena fina y blanca tras 8 meses desde nuestra última visita la totalidad de la arena ha desaparecido dejando paso al avance del mar, que se ha comido buena parte de la cala. Ya que no teniamos lugar donde dejar las cosas decidimos entrar primero a la cueva de la misma playa para dejar las mochilas dentro. La cueva no es muy grande, a la izquierda se desciende a un lago en el cual por la gran afluencia de la gente ya apenas quedan estalactitas y se aprecia el deterioro que ha causado tanta visita. No era extraño ver a cada 1mt que andabas restos de colillas, papeles, plástico, latas, bolsas etc etc . . . Decepcionados por el estado de la cueva, salimos de nuevo afuera y comprobamos que una cosa buena del interior era la temperatura.
Ya en el exterior sigue el debate de si tirarse al mar hacia la Cova des Coloms o buscar alguna zona donde pasar el día tranquilamente, y dejar para otro día la visita a la cueva.
Ayudados por los gritos que procedían de la misma, la cantidad de gente que se dirigía hacia ella, y tras cambiar impresiones con un grupo de personas que nos encontramos cuando regresaban de ésta, partimos hacia otro lugar más tranquilo.
Luego de una hora de camino en dirección Porto Cristo, encontramos lo que parecía ser los restos de una cantera abandonada, lugar desierto y perfecto para pasar el día sin nadie alrededor.
Buscando tranquilidad encontramos a un cazador de erizos, un pequeño ''lago'' donde nos colocamos para comer y tomar el sol. Y tras un baño inagural y posterior buceo comprobamos que las sardinetas de la señorita Fernández son más poderosas de lo que parecen... si en su día hizo flis flas con las patatas del McDonalds, esta vez logró tumbar media sandía de unos 5kg por no decir más, quizás para comprobar su flotabilidad ... repito, Ver para creer!!!
Mientras degustábamos una sabrosísma sandía a la salmarina, y en el momento ya de la tarde en que decidimos partir, observamos en el otro lado del ''lago'' como lentamente se cae la sombrilla al agua, acompañada de mi vestido y de la camiseta del Sr 1€ y 145 cent....
Gracias al pareo que me prestó la señorita Fernández, pude hacer el regreso hasta el coche sin problemas.
Como es costubre ya en el camino a casa hicimos paradita para disfrutar de unos helados y debatir el precio de la gasolina.