Gracias a la salida improvisada de hoy ya tengo un árbol más en mi pequeño y creciente jardín.
Caminando por la montaña de Na Burguesa y bajo el sonido constante de una gran libélula artificial hemos ido a travesando lo que parecía ser el cauce de un torrente, cuando ya el paso estaba vetado por la vegetación hemos abandonado el cauce y hemos ido bajando la ladera hasta encontrar una pequeña abertura por la que hemos entrado y hemos llegado a un cráter donde una sublime y majestuosa higuera nos daba la bienvenida.
Hemos prometido volver aquí con el Sr. Fostella para inspeccionar las cavidades rocosas que hemos ido encontrando. Una vez fuera del cráter hemos divisado la jungla de cemento a nuestros pies.
Y como el hambre empezaba a apretar hemos vuelto a la civilización.
Caminando por la montaña de Na Burguesa y bajo el sonido constante de una gran libélula artificial hemos ido a travesando lo que parecía ser el cauce de un torrente, cuando ya el paso estaba vetado por la vegetación hemos abandonado el cauce y hemos ido bajando la ladera hasta encontrar una pequeña abertura por la que hemos entrado y hemos llegado a un cráter donde una sublime y majestuosa higuera nos daba la bienvenida.
Hemos prometido volver aquí con el Sr. Fostella para inspeccionar las cavidades rocosas que hemos ido encontrando. Una vez fuera del cráter hemos divisado la jungla de cemento a nuestros pies.
Y como el hambre empezaba a apretar hemos vuelto a la civilización.
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