Se comentó en su momento, ya hace algún tiempo, que no estaría mal tomar por costumbre cada vez hubiese luna llena salir a andar por la montaña. No recuerdo ya cuanto tiempo debe haber pasado desde aquella conversación, pero nos hemos puesto en marcha con la idea y este fin de semana hemos disfrutado del silencio y de unas vistas impresionantes del legado Archiducal. Dado que el fin de semana anterior nos quedamos con las ganas de visitar a plenitud y con calma el resto de terrenos de la zona de Miramar el sábado repetimos destino pero por un trazado diferente. Salimos de Palma en dirección Deià donde sin ninguna dificultad dejamos bien aparcado el coche que parecía pequeño pero que luego resultó ser muy grande... y ya subidos en el incansable vamos al punto de partida situado en la carretera del Port de Valldemosa. Allí resultó más complicado dejar el coche bien estacionado, y cuando lo hicimos los 5 minutos de estar andando descubrimos que en la misma pista por donde pisábamos había un gran parking. Con el pensamiento de haber dejado aparcado al incansable en una curva mas bien complicada me tomo con tranquilidad el inicio de la aventura. Nuestro camino transcurre por el Camí de ses Vinyes, dirección a S'Estaca, que una vez pasada tomamos un desvio a la derecha ascendiendo por un sendero que nos llevará hasta el Mirador des Figueral, donde observamos una gran puesta de sol, y al Mirador des Creuer desde donde se puede apreciar perfectamente la Capella del beat Ramon Llull. Tras la rápida visita y ya sin apenas luz comenzamos el descenso por el Camí des Guix el cual nos llevará al lugar perfecto para cenar y hacer noche.
Pasadas unas 2 horas más menos desde que comenzamos a andar, llegamos por fín al Berenador des Penyals, construido por el Archiduc entre 1891 y 1909. Es el momento de montar campamento y de quitar el peso de la mochila con forma de comida y bebida.
Noche perfecta bajo la luz de la luna y con una temperatura ideal, matamos el tiempo de charla y haciendo fotos a Sa Foradada.
Al día siguiente el Sr. Fostella es el primero en levantarse, y grabar a la babosa que se encariñó con Villa, filmando todo el recorrido que hizo desde la mochila hasta el saco de dormir...
Después del desayuno, nada que envidiar del que tomamos en casa... hacemos la obligada foto de grupo y nos ponemos en marcha de nuevo.
Ascendemos por el Camí des Guix de nuevo, hasta la Capella para que Ata la vea, luego de verla, nos comimos medio kilo más menos en forma de piña que el Sr. Fostella troceó y repartió.
Acto seguido volvemos a ascender, esta vez hasta Els Pontets de sa font Coberta, lugar digno de comtemplar, y luego hasta Ses Coves de Ponent, donde podemos contemplar un bajo relieve que se colocó en 1877 representando a Ramon Llull. Unos minutos más tarde llegamos hasta el Mirador des Guix (o des Llac) donde tenemos una gran panorámica de toda la zona, para luego entre un olivar llegar al Mirador de Sa Ferradura.
Es justo ahí donde comemos y hacemos las fotos de rigor en el mirador.
Seguimos dirección Deià, pero comienzan los problemas, encontramos un candado en la barrera de salida junto a la carretera, y no nos queda más remedio que salir de la finca pasando por debajo del cercado. Después ya fué una misión imposible encontrar algún acceso abierto que lleva a los caminos que enlazan con el tramo del gr221 que une Valldemossa y Deià, por lo que tuvimos que andar por carretera hasta el mirador de Sa Foradada, donde 3 esperamos a que el medio núcleo que siguió regresara de Deià con el coche.