En nuestro segundo día en la isla de Faial estábamos decididos a visitar la Caldeira, que es un inmenso cráter volcánico con un pequeño lago dentro. Tras visitar una pequeña tienda de artesanía en Capelo donde compramos recuerdos y regalos y donde también dimos más trabajo a la dependienta del prescindible.
Nos pusimos en marcha para llegar a la Caldeira, tras algunos intentos fallidos y algunos rallyes por carreteras desérticas conseguimos llegar hasta unas antenas donde a nuestros pies se vislumbraba la gran Caldeira de unos 2000mts de diámetro y unos 400mts de profundidad. Un pequeño pero bien señalizado camino te permite rodear todo el contorno de la caldera, por lo que si uno cuenta con buen tiempo se puede ver toda la isla a lo largo del camino, como también las islas Graciosa y Pico. Durante nuestra travesia estuvimos acompañados de niebla intermitente por lo que no apreciamos todas las vistas, pero si era de agradecer ya que el calor del sol era bastante justiciero.
Durante casi 3 horas estuvimos andando alrededor del cráter lo que permite ver su espectacular interior desde distintos puntos de vista y a su vez culminar distintos montes como el Cabeço Gordo de 1043m sobre el nivel del mar.
Tras alcanzar de nuevo el punto de partida y reponer fuerzas emprendimos de nuevo el camino a Horta. Pasando de nuevo por diversos pueblos con su singular encanto.
Ya de noche cenamos en una pequeña terraza donde por 65 céntimos te servían una ensalada.
Nos pusimos en marcha para llegar a la Caldeira, tras algunos intentos fallidos y algunos rallyes por carreteras desérticas conseguimos llegar hasta unas antenas donde a nuestros pies se vislumbraba la gran Caldeira de unos 2000mts de diámetro y unos 400mts de profundidad. Un pequeño pero bien señalizado camino te permite rodear todo el contorno de la caldera, por lo que si uno cuenta con buen tiempo se puede ver toda la isla a lo largo del camino, como también las islas Graciosa y Pico. Durante nuestra travesia estuvimos acompañados de niebla intermitente por lo que no apreciamos todas las vistas, pero si era de agradecer ya que el calor del sol era bastante justiciero.
Durante casi 3 horas estuvimos andando alrededor del cráter lo que permite ver su espectacular interior desde distintos puntos de vista y a su vez culminar distintos montes como el Cabeço Gordo de 1043m sobre el nivel del mar.
Tras alcanzar de nuevo el punto de partida y reponer fuerzas emprendimos de nuevo el camino a Horta. Pasando de nuevo por diversos pueblos con su singular encanto.
Ya de noche cenamos en una pequeña terraza donde por 65 céntimos te servían una ensalada.
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